La ciudad de València ha dado un paso más en su posicionamiento como destino gastronómico con la presentación de la estrategia ‘València, Despensa del Mediterráneo’, impulsada por la Fundación Visit València. Esta nueva hoja de ruta busca proyectar la identidad culinaria de la ciudad y visibilizar su riqueza gastronómica en los mercados nacionales e internacionales.
Durante la presentación oficial, la alcaldesa María José Catalá ha anunciado una inversión de 400.000 euros anuales para el desarrollo de esta estrategia, que se integrará en más de 100 acciones promocionales a lo largo del año. La campaña pretende consolidar a València como epicentro de la dieta mediterránea y como kilómetro 0 de una despensa única, marcada por la calidad del producto local, la sostenibilidad y la excelencia de sus profesionales.

Un relato que conecta con la tierra y sus sabores
La estrategia ‘València, Despensa del Mediterráneo’ busca dar visibilidad a más de 11.000 hectáreas de huerta periurbana, al Parque Natural de L’Albufera, y a los productos del mar Mediterráneo, reconociendo además el talento y la trayectoria de cocineros, productores y restaurantes que forman parte del ecosistema gastronómico valenciano.
“Queremos dar a conocer nuestra forma de entender la cocina y nuestra conexión con la tierra. Frutas y verduras de la huerta, arroces de L’Albufera, pescados y mariscos del Mediterráneo… forman una despensa que es la base de una alimentación saludable y con identidad”, ha explicado Catalá.
La alcaldesa ha estado acompañada por la concejala de Turismo, Paula Llobet, el director de la Fundación Visit València, Tono Franco, y una amplia representación del sector gastronómico: productores, restauradores, mercados municipales y representantes de denominaciones de origen.
Una campaña que apela a la emoción y la autenticidad
La nueva campaña de imagen utiliza un lenguaje cálido y evocador para conectar con la memoria colectiva y el orgullo por el territorio. La despensa se presenta como símbolo de tradición, cercanía e identidad, reforzando la idea de que en cada casa valenciana se guardan los secretos de su cocina.
El relato posiciona a València como el auténtico kilómetro 0 del Mediterráneo: una ciudad donde no solo se come bien, sino donde la gastronomía es una forma de vida, profundamente arraigada en su cultura y su paisaje.